Aulas, profesores y estudiantes del futuro.




En este vídeo podremos ver una entrevista de Cristóbal Cobo, investigador asociado al Instituto de Internet de la Universidad de Oxford y director del Centro de Estudios Fundación Ceibal (Uruguay). Es colaborador de la Red Global de Recursos Educativos Abiertos de la UNESCO, así como referente internacional en innovación, tecnología y aprendizaje.

Después de haber visto esta entrevista me quedo con una interesante perspectiva de reflexión que el tertuliano nos ha dejado sobre el camino hacia el que tiende la educación y sobre algunas cuestiones que deberíamos de “re-pensar”. 
De los 26 minutos de visualización me quedo con una multitud de frases-ideas buenísimas que me han llevado a la reflexión.  
·         El cambio invisible de la educación es reconocer que el conocimiento invisible (redes sociales, plataformas digitales, competencias digitales,…) será valorado  al igual que se hace en el mundo profesional.
·         La apertura a internet nos pone en jaque sobre la forma de hacer educación: qué se debe retener y qué no.
·         La educación camina hacia el aprender a aprender, es decir capacitar lo personal para diseñar nuestra perspectiva individual de aprendizaje.
·         No sabemos si estamos preparados para el nuevo paradigma del aprender a aprender.
·         En la educación debe existir un equilibrio entre el saber y saber hacer.
·         Hay que repensar el aula como un espacio de mejorar al aprendizaje donde lo cognitivo esté potenciado por lo emocional.
·         El cambio de paradigma de la educación se tendrá que basar en la siguiente premisa: “aprender a aprender uno mismo con otros”.
·         El éxito del uso de la tecnología en la pedagogía es que está llamada a colaborar y no a ser la protagonista, ya que la tecnología es una fantástica herramienta para colaboración y compartir.
·         La Inteligencia Artificial y la educación nos deben llevar a la pregunta por lo humano, volver a caer en la cuenta que somos sujetos que sienten, comparten, colaborar,… cosa que las máquinas no podrán hacer.
·         El profesor del futuro será un orientador y acompañante que ayudará a resolver el conflicto del maremágnum de la información y también a reflexionar y dar sentido crítico a todo ello.
·         El alumno del futuro será la de un sujeto que contará con muchas herramientas para aprender y con una sed insaciable de conocimiento. Su perfil es el de alguien explorador y arquitecto.

De estas ideas expuestas me quedo con algunas reflexiones que quisiera compartir.
En primero lugar, y sobre esto ya he dado algún pincelazo en blogs y foros, o el mundo académico es consciente de los cambios a los que estamos llamados o perderemos por el camino más de lo que pudiéramos pensar. Por tanto, creo que somos los profesores quienes debemos de empezar a introducir herramientas de colaboración y emoción, pensar la educación como un aprender a aprender, usar la emoción como potenciadora de lo pedagógico, hacer esfuerzos en valorar el conocimiento informal y quitarnos los fardos de las seguridades. Solo debemos concienciarnos.
En segundo lugar, me encanta la idea de cómo el paradigma de la educación está relacionado con el “aprender a aprender por uno mismo con otros”. Si os fijáis esta idea ya la planteaba Aristóteles cuando afirmaba que somos “animales sociales”. En la cuestión del aprendizaje colaborativo hay un increíble potencial que debemos de sacarle rendimiento. Y creo que aquí estamos perdiendo mucho cuando insistimos en sentar a nuestros alumnos en pupitres individuales, cuando organizamos las clases orientadas hacia la pizarra y la mesa del profesor como si fuera una conferencia, o cuando mandamos ejercicios individuales con sus evaluaciones,…
En tercer lugar y en relación con la primera, debemos de recordar que no somos los profesores generadores de conocimientos, o al menos no debe ser el argumento principal. No entramos en clase para dar conocimientos, sino más bien entramos al aula para orientar, acompañar, reflexionar y dar espíritu crítico de un conocimiento que ya está y que se aglutina en un móvil. ¿no será mejor aprovechar esta potencionalidad y llevarla al aula desde la orientación y el discernimiento?
Y en cuarto lugar, y creo que aquí está el mayor reto, la cuestión de que los alumnos del mañana serán exploradores, arquitectos y con sed de conocimiento no lo veo muy claro. Y hago esta observación ya que veo que nuestros alumnos cada vez están menos implicados en la curiosidad por conocer y más influenciados por la mediocridad del mínimo esfuerzo. Puede que aquí tengamos un reto que salvar.
En definitiva, re-pensar la educación es re-pensar muchas cosas y para ello hace falta implicar a toda la comunidad y convertir estas ideas en convencimiento.     


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